UN VIÑEDO FAMILIAR
Viñedos Alonso del Yerro nace en el año 2002, gracias a unos padres decididos a utilizar los apellidos de sus hijos como emblema de su ilusión
La suya es la historia de una pasión. La que comparten la familia Alonso del Yerro desde que, en el año 2002, se instalaron en la finca Santa Marta (Roa, Burgos), en la D.O. Ribera del Duero, para trabajar un conjunto de parcelas rigurosamente seleccionadas, plantadas desde finales de los ’80 con uvas de la variedad tempranillo y con el objetivo de elaborar vinos de gran calidad.
Para ello, conscientes de que para hacer el mejor vino tenían que rodearse de los mejores, cuentan desde el inicio con el asesoramiento de Stéphane Derenoncourt.
Su proyecto se fundamenta en sus principios: el respeto por el entorno, el valor de la amistad, el amor por la familia y la pasión por la excelencia.
En el año 2007 adquieren el viñedo Finca Miguel, en la D.O. Toro, de donde nace Paydos; distinta denominación de origen, mismos principios.
Su viñedo
En todas las fincas de Viñedos Alonso del Yerro, las labores agrícolas son realizadas a mano, exclusivamente por su personal. En los viñedos prescinden de productos de síntesis; el único aporte es un compost elaborado por ellos mismos.
La filosofía de trabajo se basa en una concepción de la agricultura que considera globalmente el entorno de la planta: suelo, microclima y ecosistema. De este modo, respetan la cadena esencial de los factores que determinan la expresión del terroir. Según la Guía Hachette de los Vinos de Francia, el terroir es “un ecosistema que resulta de la asociación, en un lugar dado, de un tipo de tierra, una topografía, un suelo, un clima, una planta y las personas que allí trabajan”. El científico francés René Morlat, experto en la materia, define al terroir vinícola como “la superficie más pequeña del viñedo utilizable en la práctica y en la cual la respuesta de la vid es reproducible a través del vino”. Otro experto francés, Emmanuel Vaudour, que ha presentado una tesis sobre el terroir, añade a las condiciones de clima y suelo “un nivel de la organización del espacio y una duración determinada, dentro de un territorio marcado por una vivencia social y de la selección de opciones culturales”.
El concepto es antiguo y está ligado a algunos de los grandes vinos del mundo, como los de Borgoña. Allí, los suelos comenzaron a ser explotados, estudiados y mimados por los monjes cistercienses antes de que se cumpliera el primer milenio de la era cristiana. Como estos religiosos tenían derecho a un tercio de litro de vino al día, se abocaron con paciencia a procurar las mejores condiciones para el desarrollo de sus vides, registrando minuciosamente el seguimiento de parcelas (como demuestran documentos fechados en el año 965).
Las parcelas:
Ribera del Duero
En la Finca de Santa Marta (Roa, Burgos) disponen de 26 hectáreas de viñedo, con cepas de la variedad tempranillo plantadas en 1989.
El viñedo se encuentra a una altitud de entre 800 y 840 m., con un marco de plantación de 2.850 cepas por hectárea. Todo el viñedo está conducido en espaldera y tiene un rendimiento de 30 hectolitros por hectárea.
Las variedades
TEMPRANILLO
Los grandes tintos de Rioja y la Ribera del Duero han convertido a esta variedad en el emblema de la viticultura española en el mundo.
Tiene una magnífica capacidad para producir vinos de perfil muy fino y elegante, de exuberantes aromas frutales en su juventud y con compleja expresión de especias, cueros y minerales cuando llegan a la madurez.
Aunque sin duda la característica más noble de la tempranillo es su envidiado equilibrio, en el que acidez, tanicidad, alcohol y potencia conviven en perfecta armonía.